Ayuda a los emprendedores con discapacidad por la Fundación ONCE
En el caso del os emprendedores con discapacidad, existen factores añadidos que pueden dificultar la tarea de montar un negocio. Por eso Fundación ONCE, a través de Inserta Empleo, y con la cofinanciación del Fondo Social Europeo, lleva años apoyando la iniciativa emprendedora de personas con discapacidad a través de sus dinamizadores de emprendimiento, presentes en toda España.
¿En qué consiste exactamente la labor de estos profesionales? Tal y como explica Ester Tórtola, dinamizadora de emprendimiento de la Fundación ONCE en la delegación de Cataluña, se trata de una función completa y global. “El principal objetivo es conseguir que las personas con discapacidad puedan acceder al emprendimiento con la mayor seguridad posible. Se trata de promocionar el emprendimiento como otra salida laboral para las personas con discapacidad”, apunta.
Para ello, Inserta Empleo y la Fundación ONCE cuentan con una completa oferta formativa –tanto online como presencial– y, además, un servicio de consultoría integral para atender los proyectos de los emprendedores con discapacidad. “Generalmente, tienen problemas de empresa básicos. Nosotros hemos diseñado un modelo completo en el que recogemos todas las características del proyecto, un mapa de empatía orientado a la clientela…”, explica Mari Carmen Argente, dinamizadora de emprendimiento en Almería.
Después de tomar el pulso a las ideas de los emprendedores, Fundación ONCE ofrece financiación –entre 3.000 y 18.000 euros– a los proyectos emprendedores más viables y que puedan tener un impacto social en la vida de las personas, así como a los emprendedores que necesitan un impulso extra. “En general, a las personas que tienen más dificultades para entrar en el mercado laboral se las acompaña con una ayuda adicional a la hora de poder emplearse en su propio proyecto”, explica Tórtola.
Necesidades emprendedores con discapacidad
Aunque emprender puede hacerse más complejo si se tiene una discapacidad, la experiencia de las dinamizadoras de emprendimiento muestra cómo las necesidades de los emprendedores con discapacidad no son muy diferentes de los que no la tienen. “Sobre todo, son necesarios planes de marketing y comunicación y un plan económico-financiero, que hacemos a tres años. El objetivo de esto es mitigar todos los inconvenientes que puedan surgir en un negocio nuevo, y que la persona emprendedora se anticipe y pueda solventarlos”, apunta Argente.
En la misma línea, Tórtola cuenta que, en la mayoría de los casos, los emprendedores “vienen con una idea incierta, y necesitan que se les oriente y ayude a generar o madurar esa idea. Y, en el caso de que la idea esté madura, necesitan conocer cuál es el camino para poder convertir esa idea en un proyecto viable: información sobre recursos, sobre el proceso de emprender, sobre cómo conseguir financiación, tener habilidades de comunicación, liderazgo…”.
Futuro prometedor
El trabajo de Inserta Empleo y la Fundación ONCE con los emprendedores con discapacidad ha dado como resultado un ecosistema de proyectos mucho más avanzado que hace apenas unos años. “El tipo de emprendedor que llegaba antes era una persona que pedía asesoramiento, y su razonamiento era como no puedo trabajar, o no encuentro trabajo de lo que el mercado laboral me ofrecía, monto un negocio”, explica Tórtola, que identifica al emprendedor actual con un perfil “que realmente viene con proyectos, ideas y una motivación emprendedora real, ligada a la actividad que quiere emprender”.
Argente también comparte esta visión, y añade que el trabajo de los dinamizadores de emprendimiento ha sido clave para que los emprendedores con discapacidad puedan perder el miedo a abrir sus negocios. “Si cuentas con ayudas como la Fundación ONCE, igual te das cuenta de que sí se puede. Además, tener gente emprendiendo es una forma de acabar con el desempleo, paliar las dificultades sociales para personas con discapacidad… En definitiva, es una salida muy viable”, explica.
Aunque, claro está, todavía queda margen de mejora. Por eso, ambas dinamizadoras de emprendimiento muestran con energía su motivación para “que entre todos construyamos una economía con un impacto social positivo y en la que no se tenga que valorar la discapacidad como una motivación extra para emprender, sino que el hecho de tener discapacidad sea una característica más”.