Fundación Mutua Madrileña contribuye en la investigación de tratamientos oncológicos
Muchas de las dolencias físicas que experimentan los pacientes con cáncer son consecuencias de los tratamientos agresivos para combatirlo. En este sentido, la Fundación Mutua Madrileña, liderada por Ignacio Garralda, ha financiado una investigación que ha identificado el papel de la proteína omentina para contrarrestar los efectos negativos de los tratamientos oncológicos.
El estudio, que ha sido elaborado por investigadores del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), del grupo cardio CHUS del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago y liderado por José Ramón González Juanatey, ha demostrado que la omentina disminuye el daño inducido por el docetaxel en cardiomiocitos -determinante en la progresión de la disfunción cardiaca-. Este fármaco de quimioterapia se prescribe, sobre todo, a pacientes con cáncer de mama. Su uso, además, está asociado a problemas electrofisiológicos e isquémicos.
En el proceso de investigación se observó que, aunque la citada proteína no redujo el estrés oxidativo provocado por el medicamento, si aminoró el estrés del retículo endoplásmico, sugiriendo así su papel cardioprotector.
“En primer lugar hemos de estudiar si el desarrollo de toxicidad en los pacientes está relacionado con los niveles de omentina y si estos están a su vez determinados por la obesidad”, ha explicado Isabel Moscoso, también investigadora del estudio que ha sido posible gracias a la ayuda de la fundación que preside Ignacio Garralda.
Moncoso, también han señalado que, “localizar a los pacientes con mayor riesgo de cardiotoxicidad permitirá implementar terapias dirigidas a prevenirla y un manejo adecuado y personalizado del tratamiento oncológico”.
La omentina es una adipoquina, proteína activa a nivel metabólico, cuya síntesis tiene lugar en el adipocito y desempeña funciones fundamentales en la regulación de procesos metabólicos. Sus niveles se reducen con el sobrepeso y la obesidad y tiene efectos beneficiosos en las respuestas inflamatorias, la homeostasis de glucosa y la enfermedad cerebro vascular. Los niveles bajos de esta proteína están vinculados a enfermedades cardíacas.