Fundación Telefónica exhibe a Torres-García, un moderno en la Arcadia
La Fundación Telefónica y el Museo Picasso de Málaga abren sus puertas, a partir del 19 de mayo, a la retrospectiva producida por el MoMA.
Joaquín Torres-Garcían, nacido en Montevideo, en 1874, de padre catalán, a los 17 años se instaló en Barcelona. Su paso por la Nueva York de los años veinte, el París –y la Europa- de entreguerras y su regreso a Uruguay mercaron en Torres-García no sólo las largas distancias de los que se mueven –cambian de lugar- sino el tiempo que transcurre mientras esa travesía sucede.
Un tiempo síntesis, que cristaliza en la suma de todos. Esa es la lectura de fondo de la retrospectiva Joaquín Torres-García: Un Moderno en la Arcadia, una muestra producida por el MoMA de Nueva York que podrá verse, desde el 19 de mayo al 11 de septiembre de 2016, en la planta 3 del Espacio Fundación Telefónica (Calle Fuencarral, 3, Madrid).
El discurso de la exposición fue diseñado y construido por Luis Pérez-Oramas, comisario de arte latinoamericano del MoMA y responsable de la muestra original que se exhibió en el museo neoyorquino en otoño del año pasado. Aquella fue la primera retrospectiva que se dedicaba al uruguayo en Estados Unidos después de 45 años. La que se exhibe ahora en el Espacio Fundación Telefónica es la primera que se organiza en España desde la década de los años noventa. La exposición recorre toda la obra de Joaquín Torres-García (Uruguay, 1874-1949) a través de una selección de más 170 piezas procedentes de hasta 70 coleccionistas públicos y privados, además de una serie de piezas -pertendientes a Fundación Telefónica- que no se exhibieron en el MoMA y entre las que se incluye el fresco que Torres-García pintó para su propia casa, La Terra, Enees i Pan (1914), una obra monumental de más de 100 años de antigüedad, claro testimonio de la adscripción del artista al movimiento noucentista. Esa obra, y las de ese periodo, se convierten en punto de partida y llegada de una exposición sin hilos sueltos, una proposición rotunda, de mirada profunda y vocación tan poética como política, que viene precedida por los elogios por la crítica norteamericana e internacional.
Pintura, escultura, frescos, dibujo, collage e incluso los ‘juguetes’ que comenzó a hacer Torres-García en sus años en Barcelona –la infancia como laboratorio formal, versión de lo primitivo- y que comercializó en Nueva York. La exhibición se estructura cronológicamente en una serie de capítulos: desde las primeras obras a finales del siglo XIX hasta sus últimas piezas realizadas en Montevideo en 1949. Destacan dos momentos clave: la época de 1923 a 1933, cuando Torres-García participó en varios de los primeros movimientos modernos de vanguardia europeos, a la vez que estableció su característico estilo pictográfico-constructivista. Justamente durante esos años – más concretamente entre 1929 y 1933, en la Europa donde Hitler subía al poder y España fraguaba la Guerra Civil-, Torres-García se alejaba del discurso de los territorios que dominaba el continente y se situó en el símbolo como punto de encuentro universal. A esa etapa sigue la que va de 1935 a 1943, cuando, ya de regreso en Uruguay, desemboca en el universalismo constructivo.
Si algo queda claro en esta exposición es el hecho de que por Joaquín Torres García pasa todo: es el vértice entre el pasado y la modernidad, la abolición del tiempo como progresión y de la idea de lo primitivo como algo previo a la destilación de las formas en la abstracción. Es ahí donde el título de la muestra cobra un poderoso e iluminador sentido que el propio Pérez-Oramas explica en un recorrido por las salas de la exposición: “Torres García sintetiza las distintas formas de modernidad que existían en aquel entonces”. Acaso porque existe una simultaneidad en su concepción de la forma y del tiempo, Torres-García se revela como un artista de la duración, alguien cuya obra resulta inclasificable justamente porque busca la arcadia, el origen. “La infancia es un concepto fundamental para producir la individuación, por eso en él está tan presente”.