Fundación ONCE clausura el III Congreso Internacional ‘Universidad y Discapacidad’
Fundación ONCE clausuró este viernes la III edición del Congreso Internacional ‘Universidad y Discapacidad’, un encuentro que durante dos días ha reunido en Madrid a más de 350 expertos de 19 países para abordar el reto de la educación inclusiva. El evento concluyó con la lectura de un Manifiesto en el que las universidades piden que se desarrollen planes estratégicos de inclusión y servicios de atención a la discapacidad, y con un objetivo común expresado por la directora del Real Patronato sobre Discapacidad, Mercedes Jaraba, y el director general de Fundación ONCE, José Luis Martínez Donoso, “que la inclusión educativa lleve al empleo”.
La petición de planes estratégicos de inclusión y de servicios de atención a la discapacidad se enmarca en el manifiesto leído este viernes al final del encuentro para dar a conocer las principales demandas de los expertos en formación reunidos en el III Congreso Internacional ‘Universidad y Discapacidad’, que concluyó con la entrega de premios a la mejor comunicación y al mejor poster presentados en cada uno de los grupos de trabajo.
Además de esa propuesta, el manifiesto considera “relevante y urgente” incorporar o reforzar, si ya existen, los principios de accesibilidad y diseño para todas las personas en la formación curricular de las enseñanzas universitarias.
Igualmente, apuesta por que se garantice la accesibilidad, física y tecnológica, en todos los campus universitarios con el fin de evitar el ensanchamiento de las brechas digitales que ya existen en algunos casos y que provocan discriminación hacia las personas con discapacidad.
Desde esta perspectiva, las conclusiones del congreso señalan que la educación debe emplear materiales, técnicas y formas de comunicación adecuadas y desarrolladas bajo los principios del diseño universal. “Cada persona es única y la educación requiere formas de enseñar y evaluar ricas, diversificadas, variadas, que faciliten el ajuste a las necesidades educativas de cualquier estudiante, sean comunes a todos ellos o específicas en cada caso”, apunta el manifiesto.
Junto a los materiales, los expertos reunidos en este congreso internacional aluden a la importancia de “avanzar en la formación del profesorado en todos los niveles educativos” y de contar con métodos de evaluación y seguimiento del progreso de los estudiantes con discapacidad, teniendo en cuenta la existencia o no de apoyos en el entorno.
Consideran, asimismo, que el papel de las universidades no es meramente formativo, sino también de orientación al empleo. “La inclusión educativa cobra pleno sentido cuando contribuye y facilita finalmente la inclusión social y laboral”, indica el texto.
Y para dar ejemplo, los especialistas entienden que las mismas universidades deben promover medidas de acción positiva para facilitar el acceso de personas con discapacidad a personal docente e investigador, con las adaptaciones necesarias para asegurar su carrera. “Sólo así se conseguirá una auténtica igualdad de oportunidades en el acceso a Personal Docente e Investigador (PDI)”, sostiene el manifiesto.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, los expertos reunidos en el III Congreso Internacional ‘Universidad y discapacidad’ abogan por que la inclusión sea un valor en los procesos de acreditación y evaluación de las instituciones y docencia universitarias. En la misma línea, son partidarios de que se considere en las escalas internacionales de calidad de las universidades y en los baremos de evaluación de campus de excelencia de las universidades.