La Fundación Mapfre inaugura sede en Barcelona
La Fundación Mapfre abre sus puertas en Barcelona con ‘El triunfo del color’ una exposición formada de obras del Museo d’Orsay de París.
Son en total más de setenta obras llegadas del Museo d’Orsay y de l’Orangerie de París que explican, paso a paso, «cómo el color se convierte en un camino para llegar desde el impresionismo a la pintura de vanguardia». De este modo, «El triunfo del color. De Van Gogh a Matisse» traza un recorrido histórico que arranca a finales del siglo XIX con la concepción científica del color de Georges Seurat y Michel-Eugène Chevreul y desemboca en el siglo XX de la mano de Picasso, Matisse y Renoir.
Entre ambos periodos, la muestra se entretiene en relatar cómo Van Gogh quedó deslumbrado por el color tras llegar a París –de ahí surge, por ejemplo, su autorretrato de 1887, una de las piezas más valiosas de la exposición–, pone en valor la influencia cromática de Tolouse-Lautrec, subraya la importancia de Gauguin en el nacimiento de Los Nabis, los «profetas del nuevo arte», y abre una ventana a la abstracción a partir de «El talismán», de Sérusier.
La pieza, una joya que apenas sale del museo parisino, como subrayó Jiménez Burillo, es la bisagra que conecta con el simbolismo, el uso que del color hacen Ranson y Denis para transmitir estados de ánimo y, otra vez de la mano de Gauguin, «la emancipación del color». La libertad es ya total y es ahí donde encontramos las «Mujeres de Tahití» de Gauguin y «Autorretrato con fondo en rosa» de Cézanne.
Son estos dos artistas, subraya Jiménez Burillo, quienes menor manejan las claves para entrar en un nuevo siglo que se muestra aquí a partir de la confrontación del «Sauce llorón» de Monet y «En el parque de Château Noir» de Cézanne o, ya en el tramo final, con el «Desnudo sobre fondo rojo» de Picasso y «Odalisca con bombachos rojos» de Matisse. Renoir y su «Gran desnudo» de 1907 cierran una exposición salpicada por otros artistas como Bonnard, Signac, Vuillard, Redon o Angrand.
Una explosión de color que sólo se verá en Barcelona y que, tal y como explicó el comisario, Pablo Jiménez Burillo, está ideada expresamente pensando en la capital catalana.
El desembarco de la Fundación Mapfre en Barcelona llega acompañado de un ambicioso plan de actuación que se traducirá en una gran exposición de pintura y dos retrospectivas fotográficas al año. Eso sí: la apertura de la nueva sede no comporta un incremento del presupuesto, sino el reparto de fondos entre Madrid y Barcelona. De hecho, apuntó Jiménez, para abrir este nuevo espacio se ha tenido que reducir la programación de Madrid.